Costa Rica es un pequeño país de impresionante belleza. No son pocos los atractivos que ofrece: bosques húmedos, impresionantes cataratas, imponentes volcanes, algunos aún activos, selvas vírgenes, caudalosos ríos, y playas paradisíacas. 

Es un destino clave para los amantes de la naturaleza. Costa Rica es pura perfección escénica, una combinación de colores espectacular: el verde de los bosques, aguas de color turquesa, el rojo vivo de la lava de los volcánes, y sus aves multicolores.

Su capital San José es el punto de partida para visitar el país.

Puerto Viejo es la zona más caribeña del país. Allí te empaparás del ritmo reggae por cada rincón.

El Parque Nacional de Tortuguero es, según muchos, el alma de Costa Rica. Plena naturaleza, en la que puedes disfrutar de la fauna local: monos, tortugas y pájaros por doquier.

Fortuna de San Carlos, hogar del imponente Volcán Arenal, activo desde 1968, atrae a miles de turistas que con suerte podrían disfrutar de su espectacular actividad volcánica. Se puede disfrutar de excursiones como caminatas, rafting, canopy, cabalgatas.

En la Reserva del Bosque Nuboso Monteverde, la más grande de estas áreas protegidas, podemos encontrar más de 500 especies de orquídeas en las extremidades de los enormes árboles, mientras las lianas, helechos, musgos y líquenes llenan el resto del espacio. El bosque nuboso de Monteverde es hogar de más de 130 especies de mamíferos, 400 especies de aves, incluyendo al precioso Quetzal, 30 especies de colibríes, 5000 especies de polillas y 3000 especies de plantas. Sin duda es un paraíso para el verdadero amante de la naturaleza.

En cuanto a playas, Costa Rica ocupa un lugar privilegiado en el corazón de Centroamérica, con 51 mil kilómetros cuadrados de extensión y playas bañadas por el Mar Caribe y por el Océano Pacífico, separados por apenas tres horas en vehículo o 45 minutos por avión.