Entre los más de 20.000 azulejos que adornan las paredes del hall de la estación de São Bento, en Oporto , podemos encontrar una escena que recrea la procesión de Nuestra Señora de los Remedios en Lamego. Esta ciudad de alrededor de 27.000 habitantes es una pequeña –y un tanto desconocida– joya de la corona portuguesa, situada en la zona norte del país, en el Alto Duero.
Se encuentra a unos 130 kilómetros de Porto y a día de hoy se incluye en las rutas enológicas que recorren el valle del Duero, junto con Pinhão, Peso da Ragua, Villanova de Gaia y por supuesto Oporto.
El Santuario de Nossa Senhora dos Remédios es inevitablemente la imagen más icónica de Lamego. Esta iglesia barroca data del siglo XVIII y se sitúa en una colina a 600 metros del mar. Para subirla, tenemos ante nosotros 686 peldaños de majestuosa escalinata, diseñada por Nicolau Nason i, con una escena en azulejos blancos y azules, tan propios de tierras lusas. En la cima, el templo, una pequeña capilla que terminó convirtiéndose en iglesia, con fachada de granito, en blanco y ocre y dos torres barrocas.