Hace unos años ya que tuve la suerte de conocer un gran número de capitales europeas en un mismo viaje. La verdad es que fue una oportunidad única, ya que confieso que me hizo falta tener mucho tiempo y esto no siempre es algo factible. Por esa razón, para ir conociendo las que me faltan, siempre me propongo viajes combinados como este que he localizado en la sección de grandes viajes de Viloria. Nos proponen un viaje combinado por Praga, Viena y Budapest del que seguro que te llevas una grata impresión.
La primera parada del viaje, la ciudad de las cien torres
La capital de la república Checa está entre las 20 ciudad más visitadas del mundo. ¡Y creo que no es para menos! Sé de buena tinta que merece la pena, aunque yo la siga teniendo en mi listado de “lugares que conocer”. Lo que sí que está claro es que un sitio al que muchos denominan la ciudad dorada, es digna de ser visitada.
Este nombre, según apuntan varias fuentes, se debe a que la piedra con la que está construidos muchos de sus famosos edificios, brilla bajo los rayos del sol. Cuanto menos, curioso.
Centrándonos en la ciudad, quizás lo más recomendado sea perderte por la zona vieja, a la que llaman Stare Mesto, cruzar andando el puente de Carlos y, por supuesto, conocer el reloj astronómico.
Viena, quizás más impresionante todavía
Si bien es cierto que de Praga hablo de oídas y de lo que he leído, de Viena sí que puedo comentar con conocimiento de causa. He estado allí hace más de 10 años y, a día de hoy, sigue siendo una de las 3 ciudad que más recomiendo visitar a mi círculo cercano. Creo que el simple hecho de pasear por sus majestuosas calles peatonales e ir encontrando palacios a cada paso le dan ese encanto que ha hecho que no me olvide de ella. Todavía recuerdo las 4 horas que pasamos dentro de la casa de verano de Sissi, descubriendo cómo vivía la emperatriz más famosa de Europa.
A orillas del Danubio, Budapest
Hace poco que publicamos un viaje a Budapest en el que hablábamos de algunas curiosidades de la capital húngara. Buda a un lado del río y Pest al otro, las dos caras de una misma moneda.
Si bien es cierto que esta ciudad también tiene una gran riqueza cultural, dista mucho de las anteriores en lo barato que puede resultarte comer. Una cena a orillas del río tiene un precio asequible, al igual que un café en una terraza.
Lo cierto es que me parece un tour muy interesante en el que te encontrarás mucha variedad en todos los sentidos.
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