El sudeste asiático, especialmente lo que se conocía como Indochina en los tiempos de la colonización directa, se convirtió en un destino turístico múltiple y mutable. Durante la década de los años 90, apareció como un destino exótico donde muchos occidentales esperaban encontrar un reverso real a la ingente cantidad de propaganda en forma de libros y películas sobre la guerra de Vietnam. Durante la década cero, Vietnam viró en destino exótico y país a descubrir más allá de las huellas que las sucesivas guerras contra Francia y los Estados Unidos. Vietnam se ha consolidado en esta década como un destino puntero del sudeste asiático, compitiendo incluso con un destino asentado como Tailandia. La historia, el patrimonio natural y la gastronomía de Vietnam nos llaman. Desplacémonos a lo largo de innumerables brazos de tierra que se intercalan con canales amplísimos de agua, grandes superficies de tierra entrecruzadas por estrechos riachuelos atravesados por frágiles puentes de caña. Un viaje a Vietnam, la vida acuática.
Vietnam en Minsk, dos ruedas entre las riberas
Una forma de conoxcer Vietnam diferente y accesible es en moto. Encontraremos que en el país se alquilan antiguas motocicletas Minsk, de fabricación soviética. Obviamente, el contigente de motos llegó duarnte la guerra de liberación contra los Estados Unido, así que sí: son vintage, auténticos clásicos rodantes; piezas de museo vivas. Eso sí, también tienen fallos con frecuencia. Aunque conocer el norte del país a lomos de una Minsk es una experiencia que hay que vivir. Prestamos atención a Hoi An. Es una ciudad de cuento de hadas: con calles empedradas, un río que cruza la ciudad, un pequeño puente que parece dibujado. Es un lugar muy tranquilo y las calles están muy cuidadas y limpias. Hay gente en bici, galerías de arte, mercados espectaculares de pescado y especias.
Paladar callejero en Vietnam
Podemos escribir un auténtico diario de motocicleta conociendo Vietnam desde Ciudad Ho Chi Min hasta Hanio. De sur a norte, entre los arrozales que germinaron en los cráteres de las bombas; sobre los túneles en los que creció la alegre voluntad del pueblo vietnamita; a través de ríos, al calor de las playas. Podemos llenar hojas para describir el corazón y la sonrisa de Vietnam. Y también llenar una enciclopedia con la comida que saboreamos a lo largo de nuestro viaje.
Olvidad mesas y manteles. Desechad tabiques y paredes. La gastronomía vietnamita se vive en la calle. Una cocina delicada, llena de matices y sabores. No perdáis la oportunidad de explorar los mercados de comida. Aquí unas sugerencias:
- Sopa Pho Bo: es el plato nacional; consiste en sopa de fideos de arroz acompañado de finas lonchas de ternera. Podemos pedir también la versión de pollo, se llama pho ga.
- Sopa Bun Rieu: sopa de fideos con sabor a tomate y cangrejo. Se sirve con albóndigas de cangrejo y tofu frito.
- Cha Gio: rollito de papel de arroz, normalmente relleno de carne picada de cerdo, setas con fideos de arroz y verduras. Se come frito.
- Goi Cuon: un rollito hecho con el papel de arroz. Se sirve crudo y se rellena de verduras, gambas y fideos. Se toma a temperatura ambiente.
- Cau Lau: plato de fideos de arroz con carne de cerdo, brotes de soja, verdura y picatostes, bañado con salsa de soja. Es el plato regional de Hoi An e incluso tiene una especie de leyenda asociada: solo se puede cocinar con el agua de un pozo de esta ciudad.