Campo Florido La Habana del Este. La Habana

Cuando a primera hora íbamos para Guanabo, un poco antes de coger la desviación para este pueblo en la autopista, en un cruce al que llaman El Intermitente, porque hay un semáforo parpadeando, torcimos a laderecha en dirección a Campo Florido.  Cuando Nuestro Hombre en la Habana me propuso que le acompañara a un viaje relámpago que tenía que hacer a La Habana del Este acepté por dos razones, porque tenía la oportunidad de conocer una de las playas a donde acuden los habaneros a bañarse en el verano y por los deseos que me entraron de visitar un lugar que se conocía por semejante nombre, Campo Florido.

Campo Florido. La Habana.

Campo Florido es una localidad rural en donde parece que la mitad de la población se ha decidido a ser Trabajador por Cuenta Propia, que ya eran sescientos mil en diciembre pasado en toda Cuba,  y se ha puesto en la calle a vender de todo.  No hay porche de casa que no cobije un negocio.  Sin embargo, choca ese despliegue comercial y el ajetreo de gente que ha desatado por todo el pueblo, con la tranquilidad reinante.

Campo Florido. La Habana

Había gente esparcida por todo el centro de Campo Florido, que es un trozo de carretera jalonado de casas, como quinientos metros de largo.  La había parada en la acera como esperando a que pasase algo y los había sentados en un escalón de un porche con cara de hastío, de que aquí nunca pasada nada.  Y también había movimiento en la calzada, pasó un coche, un carrillo tirado por un caballo que llevaba dos personas y que se detuvo delante de mí para coger a un tercer viajero, un camión, otro carrillo también con un solo caballo pero que iba vacío, solo con el conductor, dos motos y tres o cuatro bicicletas.  Además, casi todos los puestos tenían compradores o, por lo menos, potenciales compradores.  Pero a pesar de todo, me pareció que en Campo Florido se vive una calma relajada que puede llegar a dar envidia.

Campo Florido. La Habana

Me detuve en el puesto que está en el extremo más alto del pueblo, había un hombre con unas gafas blancas que no me llamaron la atención hasta que se las vi en la foto, pero que me resultaba con una expresión extraña, pero entonces no caí.  Me había detenido a mirar lo que ponía el letrero que había en el cajón al lado del de los tomates.  Lo leí y no me aclaró nada.  Al hombre no pareció importarle mi presencia y a los que estaban sentados detrás tampoco.  Sin embargo, cuando ya me iba se puso a gritar y a decir algo señalando a un pato que tenía allí, encima de un tercer cajón, al que no le había dado importancia y que supuse que estaba a la venta. No le entendí nada, pero al oírle me di la vuelta por si era a mí a quien gritaba.

Campo Florido. La Habana

Me acerqué porque a veces es mi sordera la que me hace incomprensibles las frases que escucho y más con el cubano del rural.  Mi entendimiento no mejoró ; pero por sus expresiones supuse que me lo estaba vendiendo y le dije que no, que no quería comprar un pato, entonces, como si hubiera dicho una barbaridad,  se echó a reír y después se rieron, como haciéndole coro, los otros dos que estaban sentados detrás.  Y ante mi desconcierto se pusieron a hablar entre ellos y a decir cosas mientras nos miraban a los dos, al pato y a mí.  No me pareció que se rieran de nosotros, al menos de mí, por lo que no me molestó lo más mínimo que siguieran riéndose a pesar de que yo solo me esforzaba por entender las suficientes palabras para saber de qué iba aquello.  Y entonces, cuando empezaba a entender algo así como que aquel pato era su mascota que sabía hacer algo maravilloso, vino Nuestro Hombre en La Habana a buscarme, tenía mucha prisa.  Lo siento, les dije, pero tengo que irme. Y les pedí si podía hacerles una foto; pero me fui ya sin escuchar su respuesta, que no me importaba porque la foto ya se la había hecho nada más verles.

Y os preguntareis, por qué os he contado una historia que no cuenta nada.  Y no sé qué deciros.  ¿Os vale si os digo que me pareció que le encontré algo de sentido al ver en la foto el letrero que está clavado en la puerta del fondo?

Campo Florido. La Habana

Cuando ya en el coche retornábamos hasta el cruce del Intermitente para seguir camino a Guanabo, me sorprendió ver a un hombre por el arcén llevando a un cerdo delante camino de Campo Florido.  Y me acordé que también en Santiago los hombres llevaban cerdos sujetos con una cuerda que le ataban a una de sus patas traseras y con una vara les guiaban por las calles de la ciudad que los jueves, días de feria, todavía estaban más abarrotadas de gente que el resto de los días de la semana.  Y va a resultar que en Campo Florido era día de feria, dije en voz alta.  Pero ni el conductor ni Nuestro Hombre en la Habana dijeron palabra alguna.

Campo Florido. La Habana

Tarará, El Megano, Santa María del Mar, Boca Ciega y Guanabo son las playas de La Habana, las playas del Este que le llaman y que están en el municipio La Habana del Este.  Si me hubieran dado a elegir hubiera elegido Tarará, por el nombre, que se lo dieron los indios cubanos que identificaron el lugar con el ta-ra-rá del toque de trompeta con que se anunciaba el embarque del mineral de cobre que se extraía en las minas cercanas durante el siglo XVI. Pero tuve que ir a Guanabo de la que no tenía referencia ninguna, porque era a donde tenía que ir a trabajar Nuestro Hombre en La Habana.

 

Playa de Guanabo. La Habana del este. La Habana.

Guanabo es un pueblo que vive de los habaneros que vienen a bañarse en el verano.  Vienen en almendrón, en guagua o en el tren, que durante el verano, y solo durante el verano ponen un tren hasta Guanabo desde La Habana para llevar a la gente a la playa.  Pero no me lo recomendaron.  Por el regreso, me dijeron.  Suele haber ambiente con un pelín de excesos, por el alcohol sobre todo.  Le dije que no tenía pensado ir a Guanabo este verano, que no me iba a pillar en La Habana.  Aunque no me disgustaría, aunque preferiría irme a las playas de Cayo Santa María, por ejemplo, en donde tenemos reservados los tres últimos días de este mes, que amenazan con llegar a los 30 grados.

Playa de Guanabo. La Habana del este. La Habana.

El que me asesoró también me dijo que hoy no podría bañarme porque el mar estaba muy bravo.  Y en el mar vi a unos niños jugando precisamente con unas olas que venían rompiéndose desde lejos. Si no me bañé no fue porque el mar estuviera bravo sino porque no tenía mucho tiempo.  Nuestro Hombre en La Habana, que me llevó de paquete en una gira de trabajo, me había advertido que estuviera en todo momento dispuesto a marcharme en cinco minutos.

Playa de Guanabo. La Habana del este. La Habana.

A lo mejor por esa razón no la lie mucho con nadie en Guanabo, salvo con un hombre que se me acercó a ofrecerme viagra.  Le dije que no podía tomarla porque, extrañamente, disminuía mi potencia sexual.  Lo desconcerté unos segundos nada más, pero me sirvió para que no insistiera y habláramos de otras cosas.  Por él supe que había muchos extranjeros jubilados que se habían casado con una cubana para poder vivir en Guayabo largas temporadas.  Me imaginé que me estaba hablando de sus clientes por lo que consideré sus palabras como ciertas.

Parque de Guanabo. La Habana del Este. La Habana

Si tuviera que decir algo sobre Guanabo me quedaría callado, pero si, como ahora, tuviera que contar lo que me ha parecido, diría que es una población pequeña, 15.000 habitantes, con gran influencia del rural y que tiene en el turista habanero la fuente de sus mayores ingresos. Es la impresión que me he traido. No sé en verano o en los días calientes del invierno, pero hoy con la entrada de este frente frío que ha bajado la temperatura máxima a los 24 grados, la ciudad estaba desierta.  Y es evidente la presencia del mundo rural, los carrillos de caballos siguen siendo el modelo de taxi que se emplea.  Por lo demás, existe la misma mezcla de medios que en la ciudad, coches de los cincuenta en los que se han instalado viejos motores de gasóleo, algunos coches de modelos posteriores al año dos mil, bicicletas, motos y carros de un caballo para transportar personas.

Guanabo. La Habana del Este. La Habana

Guanabo es un pueblo de casas bajas, muy agradable, perteneciente a lo que se llama el municipio de Habana del Este, en el que es fácil encontrarse con extranjeros integrados que no van vestidos como turistas.  Dispone de todos los servicios, como corresponde a un pueblo con muchos más habitantes que los que parece que tiene en un día como hoy, un día del invierno.  Hoy desayunamos en una cafetería donde nos tomamos dos refrescos y dos hamburguesas por 4,5 cuc/dólar.  Carísmo si lo comparamos por un chiringuito urbano de La Habana donde por dos hamburguesas y dos jugos de fruta naturales, nos saldría por menos de la mitad.  Pagamos como veraneantes.

Guanabo. La Habana del Este. La Habana

En Guanabo su principal atractivo es la playa que está detrás de unas casas y de una duna de la plaza jardín donde está el centro comercial y a donde acude la gente a conectarse a internet.   La playa es una franja estrecha de arena que no está muy cuidada, en donde hay un puesto de alquiler de patinetes que hoy no tiene clientes porque no hay nadie; pero no es difícil imaginársela abarrotada de habaneros en los meses más calientes del año.

Volvimos a La Habana para comer, aunque lo hicimos muy pasada la hora acostumbrada.  Cruzamos la bahía por el túnel, como a la ida, y al emerger en La Habana Vieja nos adentramos en la ciudad pasando por delante del palacio donde tiene su sede la embajada de España, con gente haciendo cola para ser atendida.

Embajada de España. La Habana

La tarde se me fue en un abrir y cerrar de ojos.  Es decir que la dormí, porque por la noche lo había hecho a trompicones.  Cené solo en el Biky un bocata de pollo y un helado de vainilla que me sirven coronado de nata batida. Y ahora busco el sueño enredándome con las fotos del día y con esto que os cuento.

Cola ante la embajada de España. La Habana Vieja.
Guanabo. La Habana del Este. La Habana
Guanabo. La Habana del Este. La Habana
Guanabo. La Habana del Este. La Habana
Guanabo. La Habana del Este. La Habana
Guanabo. La Habana del Este. La Habana
Guanabo. La Habana del Este. La Habana
Guanabo. La Habana del Este. La Habana
Guanabo. La Habana del Este. La Habana
Guanabo. La Habana del Este. La Habana
Guanabo. La Habana del Este. La Habana
Campo Florido La Habana del Este. La Habana
Campo Florido La Habana del Este. La Habana
Campo Florido La Habana del Este. La Habana
Campo Florido La Habana del Este. La Habana
Campo Florido La Habana del Este. La Habana
Campo Florido La Habana del Este. La Habana
Campo Florido La Habana del Este. La Habana
Campo Florido La Habana del Este. La Habana
Campo Florido La Habana del Este. La Habana