El Cañonazo desde la Fortaleza San Carlos de La Cabaña.

Hace un momento que acabamos de cenar en la cafetería del  Biky, que es el pequeño complejo hostelero que está en la calle Infanta, esquina San Lázaro, muy cerquita de nuestra casa.  Veníamos cansados.  Como turista no podía de dejar de acudir a la ceremonia del cañonazo  y hoy fue el día..

Estudiantes en el Paseo Martí. La Habana Vieja. La Habana

Lo improvisamos todo.  El día fue muy caluroso y encima me lo pasé dando vueltas por la Habana Vieja.  Después de atravesar Centro Habana me detuve por poco tiempo en el Paseo Martí y en el Parque Central para perderme después  por esas calles donde puedes sentir como palpita la vida de los vecinos, fuera del circuito turístico, calles que albergan muy pocos edificios destacables, ningún monumento excepcional, ni plaza alguna. Fotografié de todo, desde gárgolas a ventanas y alguna puerta abierta por la que se puede ver como los vecinos se buscan la vida con un salón de tatuajes, una empresa de alquiler de bicicletas o vendiendo galletas que acaban de hacer, ron casero o café que despachan en esa puerta de su casa. 

Pequeño negocio de Trabajador por Cuenta Propia.La Habana Vieja.

Comí tarde y sudoroso un pargo en un local de cuatro o cinco mesas que me resulta imposible ubicar en una calle.  Después, me apeteció salir a campo abierto, a un lugar amplio y ventilado.  Podría haberme quedado en el Parque Central o en el que está a la izquierda del Capitolio, en el que se homenajea a Lincoln o simplemente sentarme en una de las sombras del Paseo José Martí.  Pero se me antojó un helado en la 23. 

 

Pensé que en media hora podría estar sentado en la cafetería de la 23, la que tiene las sombrillas de Dunhill. Tardé un poco más. Me entretuve en el camino, en la calle Obispo, creo, en una de tienda de “Aromas Tropicales de la Isla de cuba”, que es una de las tiendas recuperadas por la Oficina del Historiador que aglutina bajo la marca de Tiendas del Patrionio y con las que se ayuda a financiar su trabajo principal que es el de recuperación y rehabilitación del patrimonio, aunque se preocupe igualmente de la imagen y del “ambiente” en La Habana Vieja, hasta el extremo de tener en nómina a los figurantes, músicos y zancudos, con inmejorable puesta en escena, que los turistas se encuentran en La Habana Vieja.

Aromas de Cuba. Tienda del Patrimonio. La Habana Vieja.

A las seis me llamó Nuestro Hombre en La Habana para preguntarme qué iba a hacer.  Nada, le respondí.  Yo había pensado ir hasta La Habana Vieja, me dijo, que es donde yo había estado toda la mañana y me sorprendí diciéndole que muy bien.  Menos mal que él también estaba cansado y sugirió ir en bus.  Vino a recogerme al Habana Libre  y a trescientos metros subimos al once.  Como esa guagua llevaba a los barrios del otro lado de la bahía nos dejó en la autopista y desde allí subimos andando hasta el cerro que domina La Habana que es donde están los asentamientos militares que protegían la ciudad.

 

Castillo del Morro. La Habana

Llegamos con tiempo.  Con tanto tiempo que, antes de ir hasta la Fortaleza de San Carlos nos detuvimos en el Castillo de los Tres Reyes Magos del Morro, que la gente llama Castillo del Morro, por abreviar. Desde  este complejo militar las vistas de La Habana son preciosas y más, a la hora en que fuimos, cuando se estaba poniendo el sol.

Entrada de la Bahía desde el Castillo del Morro. La Habana.

El castillo del Morro es el símbolo de La Habana junto con el Capitolio y la Giraldilla.  En 1585, tan pronto el puerto de La Habana comenzó a tener una importancia estratégica para los intereses de España, se empezó a construir a la vez que el Castillo de San Salvador de la Punta, que está enfrente.  Situados en la bocana de la bahía, los dos protegían La Habana de los ataques continuos de corsarios y piratas que en más de una ocasión asolaron la ciudad.  Y no sirvieron para nada cuando los ingleses la atacaron en 1763. Porque en vez de atacar por mar lo hicieron por tierra, pura estrategia, y situando sus cañones en un promontorio próximo conocido como la Cabaña consiguieron que los españoles les entregasen la ciudad.  Para recuperarla tuvieron que darles a los ingleses la península de Florida.  Así se perdió Florida. 

La Bahía de La Habana desde la Fortaleza San Carlos de La Cabaña.

Para que no se volviera a repetir la pérdida de La Habana se construyó, en aquel promontorio desde donde habían atacado los ingleses,  lo que se bautizó como Fortaleza de San Carlos de la Cabaña. Carlos por el rey de España Carlos III que la pagaba y Cabaña porque era el nombre del lugar en que se ubicó.   Como veis no se enredaron en el santoral, nada que ver con el nombre de la fortaleza vecina, Castillo de los Tres Reyes Magos del Morro.  Eran otros tiempos, era la modernidad de entonces, la de Carlos III.

Uno de los cañones de la Fortaleza que cuidaba La Habana.

Sabíamos que el cañonazo se disparaba al final del día lo que en principio nos daba tiempo hasta la caída del sol, así que nos detuvimos haciendo fotos en el Castillo del Morro. Pero no entramos.  Ignorábamos la hora exacta en que se dispararía el cañón en la Fortaleza  y  para llegar a ella todavía teníamos que atravesar andando el campo abierto sobre el que habían volado los cañonazos ingleses doscientos cincuenta y cinco años antes.

Anunciando el disparo del cañón por el interior de la Fortaleza. La Habana.

La ceremonia del cañonazo es una más de las tradiciones de La Habana.  En la época colonial se disparaba un cañonazo a las 4:30 a.m. y a las 9:00 p.m. desde la nave capitana en el puerto, para informar de la apertura y cierre de los portones de la muralla que circundaba a La Habana y la puesta y retirada de la cadena que cerraba la entrada del puerto, ubicada entre los castillos de La Punta y el Morro.

Esta ceremonia la realizan hoy en día soldados vestidos con atuendos al estilo del siglo XVIII.  Es un espectáculo turístico con mucho éxito, pues se ha convertido en una visita obligada para los turistas, como puede ser el tomarse un daiquiri en El Floridita en homenaje a Hemingway, acompañado de unos camarones enchilados.

Momentos antes del disparo. En la Fortaleza San Carlos de La Cabaña. La Habana.

Llegamos con tiempo para pasearnos por toda la fortaleza en la que se alojaban las mejores unidades del ejército español en Cuba.    Tiene unos 16.000 metros cuadrados y está perfectamente conservada.  Además de fortaleza defensiva fue cárcel en la que estuvieron presos no pocos héroes cubanos, entre ellos José Martí.  Y muchos fueron ejecutados en el llamado Foso de los Laureles.  Al triunfo de la Revolución volvieron las ejecuciones, en este caso de partidarios de Batista que fueron fusilados.  Fusilamientos que los exiliados de la última revolución consideraron crímenes de guerra a cargo del Che Guevara que fue quien ocupó militarmente la Fortaleza y estableció en ella su comandancia durante casi todo el año 1959.  Fulgencio Batista murió en Marbella en 1973.

Entrada en la Fortaleza San Carlos de La Cabaña. La Habana.

Hoy, ni el castillo del Morro, ni la Fortaleza mantienen actividad militar alguna, forman lo que se denomina Parque Histórico Militar Morro-Cabaña.  En el primero, sus salones funcionan como galería y sus espacios se dedican a actividades culturales. También un bar y dos restaurantes (Los Doce Apóstoles y La Divina Pastora) se albergan en sus antiguas baterías con vistas a La Habana.  En la Fortaleza, se celebra cada año la Feria Internacional del Libro, existe un museo dedicado a Ernesto Che Guevara y el denominado “Venezuela Libre” dedicado a Hugo Chávez, además de acoger cada día el atractivo acto del cañonazo.

Se hace tarde en La Habana.

 Más que de la ceremonia del Cañonazo disfruté del paseo por estos fuertes con las vistas sobre la ciudad y su bahía.  Fue lo que me hizo celebrar el haber ido y no lamentar el haberme cansado tanto.

Anochecer en La Habana desde La Fortaleza.
Fortaleza San Carlos de La Cabaña. La Habana.

La Habana desde la Fortaleza
La Bahía de La Habana Fortaleza San Carlos de La Cabaña. La Habana.
La loma que separa La Fortaleza del Castillo del Morro. La Habana.
Castillo del Morro. La Habana
“Don Pepe”. Figurante. Trabajador de La Oficina del Historiador. La Habana Vieja
La Habana Vieja
Tejedores.La Habana Vieja
En el patio de mi casa en Basarrate. Centro Habana.
La Habana Vieja
La Habana Vieja
La Habana Vieja
La Habana Vieja
La Habana Vieja
La Habana Vieja
La Habana Vieja
La Habana Vieja.

 

La Habana Vieja
Tienda “Aromas tropicales de la Isla de Cuba”.La Habana Vieja
La Tienda” Aromas Tropicales de la Isla Cuba”. La Habana Vieja.
La Tienda “Aromas tradicionales de la Isla de Cuba” La Habana Vieja.
La Tienda “Aromas tradicionales de la Isla de Cuba” La Habana Vieja.
La Habana Vieja.
La Habana Vieja.
La Habana Vieja.
La Habana Vieja.
Centro Habana
La Habana Vieja.
Paseo Martí. La Habana Vieja.
Paseo Martí. La Habana Vieja.
Parque Central. La Habana Vieja.
Soportal del Museo Nacional de Arte. La Habana Vieja.
La Habana Vieja.
La Habana Vieja.